domingo, 23 de mayo de 2010

Principales Teóricos de la Criminología - Los 3 Evangelistas

ENRICO FERRI

Nació en Sn. Benedetto Po, Mantua, el 25 de febrero de 1856 y murió el 12 de abril de 1929. Su vida fue por demás productiva y multifacética.

Presentó en 1877 su tesis en que trata de demostrar que el libre albedrío es una ficción, y que debe substituirse la responsabilidad moral por una responsabilidad social. La obra fue premiada, aunque causó asombro y disgusto en Italia. De Bologna pasó a Pisa, para estudiar con el máximo exponente del Derecho Penal Italiano clásico: Francesco Carrara, el que se expresó de su nuevo alumno en la forma siguiente: "En lugar de aprender de nosotros Ferri ha venido a enseñamos".

Al publicar su tesis en 1878, envió una copia a Lombroso, el cual le respondió por medio de Turati "Ferri no es bastante positivista", esto molestó a Ferri sobremanera, pues él trataba de "aplicar el método positivo a la ciencia del derecho criminal", y respondió a Turati: "¿Acaso pretende Lombroso que yo, jurisconsulto, vaya a medir cabezas de delincuentes para ser bastante positivista?".



De Pisa fue a París donde estudió Antropología con Quatrefages, y trabajó con la estadística criminal francesa obtenida en los años de 1826 a 1878, revisando los trabajos de Quetelet y Guerry, y es entonces cuando "comprendí lúcidamente toda la realidad de aquel juicio de Lombroso acerca de mi libro".

Decide entonces ir a Torino (Turín), sede de los estudios lombrosianos, logra (con gran reticencia de la comisión) que el Consejo de Educación le dé licencia para enseñar, dando su primera clase con sus "Substitutos Penales".

La estancia en Turín es fructífera; Lombroso lo recibe y ayuda, y principian a publicar el "Archivo di Psichiatria", el intercambio de ideas, como hemos comentado, hace corregir a ambos algunas ideas, y dar paso al inicio de la Scuola Positiva, Ferri ahora visita cárceles y manicomios, ve criminales y mide cabezas.

Cambia el sistema de enseñanza y lleva a sus alumnos a ver delincuentes. Publica su obra "Nuevos Horizontes", y se lanza a un estudio de 700 reos, 300 enfermos mentales y 700 soldados como grupo de control.

Ahora, "con muchos kilogramos de estadísticas criminales digeridos y asimilados, y con aquellos trebejos de hacer investigaciones antropológicas, entendí haber formado un adecuado concepto de la realidad y poder proponerme determinar entonces un sistema jurídico verdaderamente positivo".

En 1882 pasa a la Universidad de Siena, donde permanece 4 años, es en esta época en que hace estudios sobre la pena y publica "Socialismo y Criminalidad".

El 18 de febrero de 1912 se aprueba la creación de un Instituto de Derecho Penal en la Universidad de Roma; Ferri es llamado a dirigirlo y lo denomina "Scuola di Applicazione Guirídico-Criminale". El curso era dividido en cuatro partes: el delincuente, el delito, las sanciones y el procedimiento. Esta escuela ha tenido profesores extraordinarios (Grispigni, Di Tullio, Niceforo, Ferracuti).

Durante sus últimos años Ferri desarrolló una infatigable labor académica, viajó a Sudamérica y a varios países europeos, participó en múltiples congresos, defendió como abogado causas célebres, siempre con gran éxito, gracias a su indiscutible capacidad oratoria, pues como dice uno de sus biógrafos "Enrico Ferri nacque oratore". (Enrico Ferri nace orador). La influencia de Ferri en lo político, filosófico, literario, jurídico y criminológico es indudable.


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