domingo, 23 de mayo de 2010

CLAVES DEL CRIMEN asesinos en serie

Uno de mi últimos (por ahora) videos recomendación... esta interesante.

Asesinos en Serie: Ted Bundy - Parte 1/5

Uno de los mejores documentales que se han hecho sobre este importante SERIAL KILLER:

Asesinos Seriales - Ted Bundy


Un hombre guapo, elegante, romántico, tierno, encantador..."Así lo definían sus amigos, sus novias y los que lo conocían, posiblemente lo contrario que pensasen las jóvenes que asesinó.

Nació en 1946, hijo de una joven chica soltera que provenía de una familia puritana.Es rechazado por ella durante los primeros años de su vida por ser hijo ilegítimo, y trata de disimular a su hijo, considerado como una vergüenza para la familia, tratándolo como si fuese su hermano. Bundy se crió en casa de su abuelo, un hombre violento que pegaba a su mujer.

Las secuelas de estos rechazos en la infancia, serían visibles en la adolescencia, por su carácter sumamente tímido e infantil y su tendencia a la soledad. Comienza a aislarse de sus compañeros de juego y adopta un cruel y extraño comportamiento hacia cuanto le rodea, por ejemplo, mutilando los animales que atrapa.



Más tarde cursa estudios de derecho y colabora en algún partido político trabajando activamente en las campañas. Pero en esa etapa de su vida, decepcionado por una sociedad en la que no encaja, comienza su etapa como asesino en serie.El primero de sus crímenes tendría lugar en Washington en 1974, cuando ataca a una mujer mientras dormía golpeándola con una barra de hierro.

Apenas un mes más tarde asesina a una joven en el mismo campus universitario, llevándose el cuerpo lejos de allí una vez muerta ésta, pero dejando la habitación llena de sangre.

En todos sus crímenes adoptaba un mismo ritual: seguía a la joven víctima por las calles, luego la estrangulaba y la golpeaba en su propia casa.

A veces la secuestraba para llevarla a un lugar más seguro. Una vez muerta la sodomizaba con el miembro o con el objeto que tenía más a mano mientras mordía su cuerpo.

Bundy podría considerarse un ejemplo claro de lo que sería un asesino en serie psicópata. No sólo por haber sufrido una infancia traumática, sino que además su aspecto inspiraba siempre confianza a las víctimas.

Si bien al principio cometía sus crímenes por la noche guardándose de un posible testigo que pudiese identificarlo ante un tribunal, poco a poco se iría confiando y abordaría a las futuras víctimas por el día.Apoyado en su atractivo y su carismática personalidad, se paseaba por los supermercados pidien do ayuda a mujeres jóvenes para conducir su coche Wolkswagen, fingiendo que tenía un brazo roto y sin que estas sospechasen lo más mínimo que hablaban con su futuro asesino. Tras sus primeros crímenes, Bundy comienza a viajar por una buena parte del país: Washington, Utah, Colorado y Florida, dejando a su paso una serie de crímenes y secuestros.

Es arrestado una primera vez el 16 de agosto de 1974 en Utah tras ser identificado por una mujer que meses antes había intentado secuestrar. Se le condena a cumplir una pena de prisión en Colorado, pero logra escaparse antes de ser encerrado y desaparece durante más de dos meses.

Dos meses que le servirían para seguir cometiendo espeluznantes crímenes, esta vez tres jóvenes entre las cuales una tan sólo contaba con 12 años. Es nuevamente detenido en Florida. En el juicio, él mismo se defendería en tanto que abogado, apoyado por un grupo de jóvenes "fans" que reclamaban su inocencia ante las puertas del Juzgado. A pesar de todo, la prueba irrefutable que lo culpó, la aportaría un odontólogo forense, tras comparar las marcas de unos mordiscos en uno de los cadáveres con los dientes de Bundy.Evidentemente ambos moldes coincidían. Después de seis horas de deliberación, el jurado lo condenaría al corredor de la muerte por 14 homicidios de primer grado...

Tenía una fijación especial por asesinar a mujeres jóvenes de pelo oscuro y largo, que le recordaban a su ex novia, la cual lo había rechazado unos años atrás. Pero las jóvenes víctimas vendrían a representar del mismo modo a su madre, por haberlo abandonado de pequeño. El asesino confesaría personalmente a los psiquiatras: "Toda la rabia que he estado desahogando con las mujeres que maté, estaba dirigida contra mi madre".

Podríamos considerarle como una mezcla entre asesino organizado y desorganizado. Tanto podía mostrarse con una personalidad muy inmadura, dejar indicios en el lugar del crimen, o por lo contrario prepararlo cuidadosamente, seleccionar a las víctimas y dejar pocas huellas.

Él mismo se consideraba un adicto al crimen, y aunque aseguraba que podría dejar de matar en cuanto se lo propusiese, no dejó de hacerlo hasta su detención. Aseguraba no haber matado a 14 mujeres, confesó haber asesinado y violado a 28 mujeres en los años 70.

Con una personalidad propia de esquizofrénico incluso después de su detención, no sintió en ningún momento arrepentimiento ya que decía que en sus víctimas veía la imagen de su madre. Fue ejecutado el 24 de Enero de 1989. Los múltiples test psiquiátricos realizados evaluarían una personalidad propia de esquizofrénico: Cambios de humor muy repentinos, impulsivo, sin emociones, afán de protagonismo, ataques de histeria, doble personalidad, inestabilidad emocional, rechazo a la sociedad, ansiedad, depresión, complejo de inferioridad, inmadurez, mentiras que termina por creerse él mismo, obsesivo, egocéntrico, falsa realidad adaptada por él mismo, manía persecutoria...

Ted Bundy fue ejecutado en la silla eléctrica nueve años después de su sentencia, el 24 de enero de 1989, tras haber sido culpado por haber asesinado a 14 jóvenes.

Asesinos Seriales - Jeffrey Dahmer - Documental en la Mente del Asesino

Asesinos Seriales - Jeffrey Dahmer (El Carnicero de Milwaukee)

Otro vídeo complemento sobre este famoso Serial Killer. Les recuerdo que acá solo es la 1ra parte, para ver el resto hay que seguir los enlaces que se ponen en automático al finalizar el vídeo.

Asesinos Seriales - Jeffrey Dahmer: El Carnicero de Milwaukee

"Uno piensa que ya lo ha visto todo en la vida, y de pronto ocurre algo como esto..." (Robert Rauth, policía de Milwaukee)"

Se trata de un asesino en serie estadounidense cuyo perfil psicológico es prototípico del hombre carente de todo aquello que hace tolerable llevar una existencia normal. Su actitud negativa le impidió tener amigos, relaciones, trabajos, intereses, ocupaciones, dinero, esperanzas o simplemente un lugar dónde vivir. Nunca llegó a socializarse y su cavernoso interior emocional se fue degradando mientras llenaba ese enorme vacío de fantasmas.

Nació el 21 de mayo de 1960 en el hogar de un matrimonio problemático compuesto por un conocido investigador químico y una neurótica emotiva y autocompasiva. Era un niño tímido y solitario que temía el abandono y daba la impresión de estar desamparado. El joven Jeffrey no hacía más que gritar pidiendo atención desde la temprana edad, aunque fuera subconsciente. Pero esos gritos no fueron oídos por unos padres demasiado absortos en sus propias guerras personales durante un amargo divorcio que dejó al niño con la sensación de ser abandonado. Pronto se interesó por la anatomía animal.


En el sótano de su casa guardaba un montón de huesos de conejos, pollos y otros animales, sintiendo gran curiosidad por verlos dentro de los animales vivos que manipulaba. Su familia cambió de vivienda seis veces antes de establecerse en 1968 en Ohio. La mayor parte de su infancia la pasó escondido en un cobertizo de madera en una colina cazando insectos en frascos y conservándolos en formol. Luego pasó a las ardillas, mapaches y otras piezas más grandes, transportando los cuerpos hasta el bosque, donde los dejaba pudrirse. Luego sumergía los restos en lejía para limpiar y blanquear sus huesos. Su madre, tras una temporada en el hospital, tubo que guardar cama por el resto de sus días por haber ingerido enormes cantidades de tranquilizantes y otras drogas, hecho que ensimismaría a Dahmer en un aislamiento inquebrantable.

A los once años ya hablaba de manera monocorde. Se convirtió en un solitario, balando como una oveja en el aula de clase o comportándose como un retrasado en las tiendas para llamar la atención de sus compañeros. También comenzó a beber y a masturbarse compulsivamente utilizando revistas para homosexuales o mirando las entrañas de los animales que cazaba. A los dieciséis años solía ir borracho a clase, donde tenía un solo amigo que era proveedor de marihuana y con quien se colocaba a diario. El joven se refería al alcohol como su "medicina", un tónico autorrecetado con la intención de calmar sus momentos de angustia. Y ese alcohol a su vez, alimentaba su inclinación hacia la excentricidad.

A los diecisiete años, tras observar un joven que a diario pasaba haciendo jogging delante de su casa, sintió un deseo desenfrenado de poseerlo. Como no se atrevía a abordarlo para entablar una conversación, optó por coger un bate de béisbol y se dispuso a esperarlo con la idea de atacarle cuando pasara, pero afortunadamente el joven dejó de ir a correr por esa zona, salvándose de haber sido una primera víctima del atormentado Jeffrey Dahmer. Al año siguiente, su padre abandonó el hogar, y al poco tiempo, el 18 de junio, el chico se venga recogiendo en la carretera a un autoestopista, a quién llevó a su casa y asesinó, luego metió el cuerpo en un saco de basura y lo arrojó por un barranco. Después de esto, entró en una crisis depresiva y renunció a seguir viviendo, pero su padre lo envió a la Universidad. Allí también fue rechazado por su contínuo estado de embriaguez, y en diciembre de 1978 su padre lo obliga a alistarse en el ejército, pero sus continuas borracheras no cesan.
Al licenciarse va a vivir con su abuela, en donde muestra una posible reinserción, pues comienza a ir a la iglesia, a leer la Biblia e incluso reduce su dosis de alcohol y encuentra trabajo en una fábrica... Pero poco le duró esa vena. Al poco tiempo comenzó de nuevo a masturbarse insistentemente e incluso robó un maniquí de una tienda, que le hacía las veces de compañero sexual. También empezó a frecuentar las saunas de Milwaukee, en donde se daban cita algunos homosexuales para tener relaciones anónimas e impersonales, pero le resultaba difícil conseguir la erección mientras sus parejas estaban despiertas, por lo que optó por drogarlos con somníferos antes de mantener una relación sexual.

Después de esto, ninguno de sus amantes cuando volvían en sí querían volver a saber más de él, por lo que creyó más oportuno buscar un cadáver para satisfacer sus instintos sexuales. Esa misma noche, tras asistir al funeral de un joven de dieciocho años, fue a desenterrarlo al cementerio, pero no lo consiguió por que el suelo estaba congelado debido a las bajas temperaturas. En septiembre de 1986 es arrestado por exhibicionismo indecente y desembocó a su primer análisis psicológico, siendo diagnosticada una personalidad peligrosa. Un año después mataba por segunda vez. Esta vez se trataba de un joven negro al que ofreció una bebida dopada. Dahmer se despertó al día siguiente encima de un cuerpo ensangrentado, pero afirma no recordar nada de lo que pasó aquella noche.

Lo que sí revive es cómo tras levantarse mete el cadáver en el armario y sale a comprar una gran maleta para trasladar el cuerpo a casa de su abuela. Allí cuenta que lo guardó en el sótano y lo desmembró, envolviendo la cabeza en una manta y guardándola en una estantería para hervir más tarde el cráneo y blanquearlo. Después de eso, Dahmer comienza a matar siempre que tenía ocasión. Seguía el mismo modus operandi: primero el flirteo ofreciendo dinero a cambio de sexo, luego les ofrecía bebida con somnífero y finalmente los estrangulaba. Después de matar a su víctima se quedaba abrazando el cadáver, pensando en cómo conservar las cabezas y formar una especie de altar en la habitación adornado con los huesos. Dahmer seguía la predecible pauta de los asesinos en serie. Empezó matando cautelosamente asustado por sus crímenes. Luego el ritmo aumenta y se convirtió en una máquina de matar más efectiva.

Está más que demostrado que estos asesinos con el tiempo se vuelven arrogantes y despreocupados convencidos de que no pueden ser apresados por ningún ser mortal, creyendo tener máximo poder y autoridad sobre los demás. Dahmer mostraba muchas características de asesino organizado: acechaba a sus víctimas, les engañaba para llevárselos a su apartamento con la promesa de dinero y favores y después de la muerte ocultaba las pruebas de los crímenes, pero también daba muestras de ser un criminal desorganizado: realizaba actos sexuales con sus víctimas después de la muerte, consumía su carne y sangre, las mutilaba y conservaba algunas partes como recuerdos. Esta mezcla de delincuente organizado y desorganizado es lo que se denomina un asesino "mixto".

En una ocasión, una de sus víctimas logró marcharse antes de que las drogas surtiesen efecto, y la policía efectuó un registro de la casa, pero afirmaron no haber hallado nada... El 30 de enero de 1989 fue declarado culpable de atentado contra el pudor en segundo grado, por seducir a un menor de 13 años con propósitos indecentes, y antes de comenzar a cumplir la condena de un año de cárcel, mató otro joven, guardó el cuerpo en el cuarto de baño y para su mayor satisfacción sexual lo mutiló y le pintó el cráneo con aerosol. En marzo de 1990 se trasladó a vivir a un deteriorado piso, en dónde adquirió una larga mesa y dos grifos de plástico para extender los cuerpos de sus víctimas. Allí tomaba fotos de sus amantes con una cámara Polaroid una vez muertos. Luego, congelaba los órganos, comía parte de la carne y hervía el resto en una enorme olla antes de echarlos en un gran contenedor de basura preparado con ácido.

Normalmente, el caníbal rajaba los cuerpos desde el cuello hasta la ingle frotando las vísceras para procurarse un mayor placer sexual, pero llegó un momento en que este placer no era suficiente y con sus víctimas pensó en crear "zombis" o muertos en vida que pudiera conservar sin que se deteriorasen, agujereando los cráneos e inyectándoles un líquido. A veces se bañaba en compañía de los cadáveres. En la nevera guardaba los corazones, en el congelador las cabezas, en el fichero los cráneos y en la cama un cuerpo descompuesto. Así lo contaron los policías que registraron su casa horrorizados una vez que lograron arrestarlo el 23 de julio tras la denuncia de otra víctima que logró fugarse de su casa.

El joven, atado con unas esposas, había alertado a la policía diciendo que un hombre con un cuchillo le había amenazado con arrancarle y comerle el corazón. Cuando la última víctima escapó de su apartamento en medio de la agresión, el asesino aguardó tranquilamente a que llegara la policía y no hizo ningún esfuerzo por destruir u ocultar la gran cantidad de pruebas que guardaba en su domicilio: centenares de fotografías de sus víctimas tanto muertas como vivas, cráneos y partes del cuerpo en bidones, cajas y en el congelador. Según su abogado, si no se había resistido es porque deseaba terminar con todo aquello.

Deseaba ofrecer a la policía una declaración completa de lo que había hecho, puesto que no podía culpar a nadie salvo a él mismo. Según Park Dietz, psiquiatra forense que actuó como consultor en el estudio sobre asesinos en serie del FBI, Dahmer encaja perfectamente en la subcategoría que se denomina "marginal": una persona propensa a la furia asesina si cree que está siendo abandonada, con una perversión capaz de realizar actos sexuales con la víctima una vez muerta. El desorden de esta personalidad marginal está marcada por el miedo al abandono y la incapacidad de tolerar el aislamiento o el aburrimiento. Una teoría habitual es que puede relacionarse con abusos en la infancia.

La gente que teme el abandono puede sentirse ultrajada cuando alguien que desean que se quede va a marcharse. En este sentido, el asesino en serie normal llega a serlo por su carácter antisocial o por tener fallos de carácter y también a través de desviaciones sexuales, normalmente sádicas y necrofílicas. Muchos niños que no reciben la atención que ansían en casa, la buscan en la escuela. Dahmer lo hizo con sus extravagancias y su comportamiento muchas veces cómico, pero terminó siendo marginado. No sólo se sintió fracasado en su casa, también en la escuela, en la Universidad y en el Ejército. Era evitado y humillado, puesto de lado. Eso debió dejarle con una terrible sensación de angustia y desamparo. Por ese motivo proyectó sus sentimientos sobre sus víctimas. Las humillaba, las descuartizaba y luego las dejaba de lado también.

El juicio comenzó el 27 de enero de 1992. Desde el principio quedó claro que le impulsaba un trastorno mental, a pesar de que él hacía todo lo posible por disimular su trastorno. Dahmer se mostró tan sincero y cooperador como muchos otros asesinos en serie, sin embargo ni él mismo podía entender cómo había sido capaz de cometer todas aquellas atrocidades. Todos los presentes pudieron darse cuenta de hasta qué punto sus compulsiones y fantasías se habían apoderado de su mente, empujándole a seguir asesinato tras asesinato. Después del veredicto habló por primera vez al tribunal diciendo "Señor juez, todo ha terminado. Me siento muy mal por lo que hice a esas pobres familia y comprendo su merecido odio. Asumo toda la culpa por lo que hice. He hecho daño a mi madre, a mi padre y a mi madrastra, pero les quiero mucho." El Carnicero de Milwaukee fue sentenciado a un mínimo de 900 años, pero murió en la cárcel en 1994 asesinado a golpes por un recluso.

Tras la noticia, los padres de Dahmer se pelearon por la posesión de su cerebro llegando incluso a enfrentarse ante los tribunales. La madre deseaba vendérselo a un hospital de investigación mental, mientras que el padre sólo deseaba enterrarlo lejos de todo el mundo y de su memoria. También los parientes de sus víctimas, representados por un abogado, consiguieron hacer negocio con los utensilios utilizados por el asesino para trocear y desangrar. Su nevera se subastó públicamente, al igual que todo tipo de cuchillos, sierras, picadoras y taladros. Un grupo de ciudadanos de Milwaukee compró el lote completo con intención de montar un "museo de los horrores" para la atracción de los turistas, pero al final no se atrevieron a llevar a cabo el proyecto y destruyeron el macabro legado del caníbal.

Asesinos Seriales - Jack el Destripador


Ha pasado más de un siglo y todavía perdura el misterio. Cinco crímenes perpetuados en Whitechapel hacia 1888, que hoy, por el escaso número de víctimas hubiesen ocupado pocas líneas en los diarios, en su momento revolucionaron Londres y el mundo entero.Durante cien años, investigadores, detectives, policías y muchos aficionados han tratado de establecer un perfil psicológico que ayudase a determinar la personalidad o el nombre del asesino, pero hasta ahora solo se han podido identificar los nombres de unos posibles sospechosos. Tal vez por ese motivo Jack el Destripador se ha convertido en el asesino en serie más conocido de la historia. Su nombre nos evoca una silueta entre la niebla del Londres Victoriano, una sombra con capa y sombrero negros que ataca a sus víctimas y desaparece para siempre de la escena del crimen... no en vano se han escrito sobre él cientos de libros, canciones, óperas y películas. Es la perfecta historia de suspense, el gran misterio sin resolver.



LAS VÍCTIMAS
En el año 1888, Whitechapel era uno de los peores distritos de todo Londres. En las calles, hombres, mujeres y niños arrastraban una vida de pobreza y delincuencia en la que muchas veces el único alivio era el que podía ofrecerles una botella de alcohol barato. Los callejones oscuros desembocaban en bares mugrientos y burdeles miserables en los que algunas mujeres se ganaban la vida prostituyendo sus cuerpos por unos pocos peniques. Fue precisamente aquí, en el East End londinense, donde tuvo lugar el breve reinado de terror del temido descuartizador que firmaba sus crímenes como "Jack el Destripador".

Su primer crimen oficial, por así decirlo, el que reconocen todas las crónicas, tuvo lugar el 31 de agosto, aunque en su día se sospechó que por lo menos dos asesinatos anteriores menos publicitados habrían sido también obra suya.

Ese día estaba amaneciendo muy lentamente. Las calles todavía estaban oscuras, y a pesar del frío algún que otro paseante comenzaba a circular por el barrio. Uno de ellos distingue a lo lejos el cuerpo de una mujer tendido en el suelo que a primera vista parecía desmayada, pero cuando se acerca para tratar de ayudarla, ve que unas terribles heridas la habían casi decapitado. Horrorizado, no deja pasar un minuto y avisa al primer policía que hacía su ronda por el barrio, quién acompañado de un médico distingue bajo la luz de una linterna que la muerte le había sido provocada por dos golpes con arma blanca que le habían seccionado la tráquea y el esófago. El cuerpo, todavía caliente en partes, indicaba que el momento del crimen no debía de haber sido de más de media hora antes de haber encontrado el cuerpo. Tras un examen más detallado en la sala de autopsias, descubren además que había sido brutalmente golpeada en la mandíbula inferior izquierda (posiblemente por una persona zurda), y que su abdomen había sido mutilado.Por lo demás, el asesino no había dejado otras pistas tras de sí, ni testigos, ni el arma homicida. Ninguno de los vecinos oyó nada.La identificación de la víctima no fue tarea fácil, aunque unos días después su padre y su ex marido identifican el cuerpo de una mujer de 42 años, prostituta, llamada Anne Mare Nichols y conocida como Polly.

Polly había estado casada y tenía cinco niños, pero su adicción al alcohol había hecho que su matrimonio se rompiera. Desde entonces, sola, había vivido de sus pobres ingresos de prostituta.

El lunes 6 de agosto, varias semanas antes del primer crimen oficial del Destripador, Marta Tabram, una prostituta de 39 años, había sido hallada muerta con 39 puñaladas; y algunos meses antes, Emma Smith, una prostituta 45 años, había sido agredida salvajemente en la cabeza y le habían introducido un objeto en la vagina. Seguramente estos dos crímenes no tenían nada que ver con nuestro asesino, más que nada porque la firma del Destripador era más ritualista que los simples golpes y puñaladas, pero aún así, el terror ya se había apoderado de las almas de los habitantes del distrito londinense.

Annie Chapman era una mujer sin hogar propio que vivía en pensiones comunes cuando disponía de dinero para el alojamiento de una noche, y cuando no era así, se dedicaba a vagar por las calles en busca de clientes que le proporcionasen alguna moneda para bebida, refugio y alimento. No siempre había sido así, unos años antes estaba casada y con tres niños, pero todos murieron, unos por enfermedad y otros por accidente. Fue un golpe muy duro, nunca se repuso. Así, en estado de depresión permanente comenzó a beber para sobrellevar su soledad. Su cuerpo fue hallado mutilado en la calle del Mercado de Spitalfields a las 6 de la mañana, y nadie había ido testigo de los hechos. Su intestino estaba en el suelo entre un gran charco de sangre y una profunda incisión cruzaba su cuello de lado a lado.

Todo parecía indicar que había sido asesinada en ese mismo sitio. No había señales de defensa por parte de la víctima, y lo curioso es que cerca de su cadáver se encontraron un pequeño pañuelo, un peine y un cepillo de dientes, que parecían haber sido colocados en un orden concreto por el asesino.Según el médico forense que vio el cadáver, el asesino había agarrado a Annie por la barbilla y la había degollado por la espalda de izquierda a derecha, y por la fuerza empleada, posiblemente con la tentativa de decapitarla. Eso le había causado la muerte. Las otras heridas infligidas y las mutilaciones abdominales habían sido realizadas post mortem: el abdomen había sido abierto para extraer la vagina, el útero y la vejiga, que no fueron hallados. Las incisiones eran limpias, como si se tratase del trabajo de un experto en anatomía, o por lo menos el de alguien con los conocimientos anatómicos y la habilidad suficiente para poder abrir el cuerpo y extraer los órganos con mucho cuidado de no dañar otras partes internas. El instrumento utilizado parecía ser un cuchillo estrecho con lámina fina y muy afilada, la clase de cuchillo que utilizaban los cirujanos y los carniceros.

Una señora de nombre Elizabeth Long que se dirigía al mercado esa mañana, pudo aportar un testimonio valioso: a las cinco y media de la madrugada había visto a un hombre conversando con una prostituta que identificó como Annie Chapman. Lamentablemente el hombre estaba de espaldas y no pudo ver su rostro, pero sí distinguió la silueta de un hombre de unos 40 años, elegante, que portaba un sombrero y un abrigo oscuros. La hora de la muerte se estimó entonces entre las cinco y media y las seis de la mañana, hora en la que fue descubierto el cadáver, lo que significaba que el asesino actuaba rápidamente y con gran precisión.

La falta de indicios hacía que la investigación avanzase lentamente. Todo el mundo había relacionado las muertes entre ellas, y a pesar de que la policía se mantenía en el más absoluto de los silencios, los periódicos no dejaban de alimentar cada rumor escuchado, lo que servía para aumentar la cólera y el miedo de los vecinos. Desde Scotland Yard se llegó a ofrecer una gratificación para quien aportase algún dato válido sobre la identidad del asesino, pero lo único que consiguieron fue que los vecinos aprovechasen sus diferencias y se denunciasen entre ellos, deteniendo simplemente a algunos falsos culpables, excéntricos o alcohólicos que aseguraba ser el descuartizador de prostitutas, aunque tras numerosas investigaciones y por el hecho de que todos carecían de habilidades médicas o que tenían coartadas, no tardaban en recuperar la libertad.

El 25 de septiembre, la Agencia Estatal de Noticias recibió una nota en tinta roja firmada por el propio Jack el Destripador cuyo contenido era: "Querido Jefe, desde hace días oigo que la policía me ha cogido, pero en realidad todavía no me han pescado. No soporto a cierto tipo de mujeres y no dejaré de destriparlas hasta que haya terminado con ellas. El último es un magnífico trabajo, a la dama en cuestión no le dio tiempo a chillar. Me gusta mi trabajo y estoy ansioso de empezar de nuevo, pronto tendrá noticias mías y de mi gracioso jueguecito... Firmado: Jack el Destripador, desde el Infierno".

A partir de entonces seguiría escribiendo cartas y poemas destinados al jefe de la policía londinense jactándose de su habilidad para escabullirse en la oscuridad de las calles y evitar ser atrapado por la multitud que le perseguía, o haciendo alarde de la perfección de sus crímenes y anticipando otros nuevos ataques, siempre seguro de sí.

El domingo 30 de septiembre, se descubría otro cadáver en la calle Berner sobre la una de la mañana. Tras pedir ayuda a la policía, vieron que se trataba de una mujer, cuyas faldas habían sido levantadas por encima de sus rodillas. Un forense llegó a la escena del crimen con su ayudante un cuarto de hora más tarde. Entre los dos detallaron sus conclusiones de la exploración:"La difunta yace sobre su lado izquierdo, su cara mira hacia la pared derecha. Sus piernas han sido separadas, y algunos miembros están todavía calientes. La mano derecha está abierta sobre el pecho y cubierta de sangre, y la izquierda está parcialmente cerrada sobre el suelo. El aspecto de la cara era bastante apacible, la boca ligeramente abierta. En el cuello hay una larga incisión que comienza sobre el lado izquierdo, 2 ½ pulgadas por debajo del ángulo de la mandíbula casi en línea recta, seccionando la tráquea completamente en dos, y terminándose sobre el lado contrario... "El asesino no se había ensañado tanto esta vez como en las anteriores. Posiblemente había sido interrumpido mientras la degollaba y hubiese huido antes de completar su ritual.La joven prostituta fue identificada como Elizabeth Stride, de origen sueco, que había venido a Inglaterra para ganarse la vida tras el fallecimiento de su marido y sus dos hijos en un accidente marítimo.

Esta vez, varios testigos declararon haberla visto momentos antes de su muerte acompañada por un hombre de unos treinta años con pelo y bigote negros, vestido con un abrigo negro y un sombrero alto, que portaba un bulto, como un maletín. Mientras la policía se enfrentaba al hallazgo de este nuevo cadáver, a pocas calles allí un guarda nocturno descubría el cuerpo de otra víctima degollada. Su abdomen había sido abierto y los intestinos se encontraban en el suelo, además tenía varias heridas por todo el cuerpo. Los miembros estaban todavía calientes, la data de la muerte no debía ser de más de media hora desde el descubrimiento del cadáver.No había otros indicios más que un escrito con tiza blanca sobre una pared que decía: "No hay porque culpar a los judíos", supuestamente obra del asesino. Antes de que la inscripción pudiese ser fotografiada, el Comisario de la Policía londinense Charles Warren ordenó que fuese borrada, según él porque se trataba de una falsa pista del criminal tratando de culpabilizar a la comunidad judía, y si algún londinense lo leía, podía provocar una revuelta contra ellos.La víctima era Kate Eddowes, quien como las demás, tenía por oficio el de la prostitución y como afición, la bebida. Sus padres habían muerto cuando ella era joven y a los 16 años se fue a vivir con un hombre, con quién tendría tres hijos. Los malos tratos por parte de éste obligaron a que se fuera de casa, y su adicción al alcohol la obligó a alquilar su cuerpo en las calles.Como en las muertes de Polly Nichols y Annie Chapman, la garganta de Kate había sido degollada de izquierda a derecha, le habían seccionado el vientre y extraído algunos órganos, entre ellos uno de los riñones.

Después de esto, las cosas parecieron volver a la normalidad en Whitechapel. No hubo ningún otro asesinato durante un mes y las prostitutas regresaron a las calles más tranquilas. Desgraciadamente, la paz duró poco, pues el 9 de noviembre, otra mujer apareció salvajemente asesinada.Se trataba de Mary Kelly, una atractiva joven de 21 años que se dedicaba a la prostitución para poder mantenerse a ella misma y a su pareja, que se encontraba sin trabajo. Esa mañana, el locatario subió a la habitación de Mary para cobrar el alquiler mensual, pero nadie contestó a su llamada. Decidió abrir la puerta él mismo, horrorizándose por lo que descubrió...

Sin duda era el crimen más violento de Jack el Destripador. El cadáver estaba tumbado sobre la cama con múltiples heridas de arma blanca, completamente mutilado y con la arteria carótida seccionada. La ferocidad de este asesinato asombró a los cirujanos veteranos de policía. El médico forense necesitó varias páginas para redactar el informe de las lesiones y órganos extraídos.

Este asesinato creó el pánico absoluto en el barrio, haciendo estallar episodios esporádicos de violencia en la muchedumbre. La actividad policial era frenética, cada rincón fue registrado, cada sospechoso detenido e interrogado a fondo, pero no por eso la policía dejaba de ser duramente criticada. Nunca más se volvió a saber del asesino. No hubo más cartas ni más crímenes, parecía que Jack el Destripador hubiese abandonado la escena del crimen para siempre, y finalmente el caso fue cerrado en 1892, el mismo año en que el Inspector encargado del caso se retiró.

SOSPECHOSOS
Como era de esperar ante un caso de tal trascendencia, en el que Scotland Yard mantenía silencio absoluto, se fundaron todo tipo de suposiciones: desde que Jack el Destripador era una mujer obsesionada por las prostitutas porque una de ellas había contagiado una enfermedad a su hijo, un puritano furioso por el vicio de la capital, un agente secreto ruso que quería dejar en ridículo a la policía inglesa... y así, una larga lista de sospechosos con las motivaciones más variopintas.

Uno de los nombres que más se mencionó fue el de Montague John Druitt, un abogado de 40 años hijo de un cirujano de muy buena familia, que desapareció justo tras el crimen de Mary Kelly y cuyo cuerpo fue hallado un mes después flotando sin vida en el Támesis.Al parecer, su madre había sido ingresada en un psiquiátrico poco antes de que él se suicidara, y en su familia había otros antecedentes de enfermos mentales. En la nota de suicidio que encontró su hermano, decía que sentía como poco a poco padecería lo mismo que su madre y que lo mejor para no seguir ensuciando el renombre de la familia era morir.

La sospecha hacia John Druitt parte de unas investigaciones realizadas años después de que el caso fuese cerrado por el jefe de policía de Scotland Yard, Sir Macnagthen. No hay evidencia sobre porqué Macnaghten lo consideró un sospechoso serio porque el expediente del caso sigue cerrado a día de hoy, y sus únicas declaraciones públicas habían sido que no sólo él sospechaba de la culpabilidad de Druitt porque era "sexualmente insano", sino que además su propia familia creía que él había sido al asesino.

A parte de Macnaghten, pocas personas más creían que Druitt era el Destripador (aunque casualmente, las iniciales J. D., sean las mismas en ambos). Él no vivió, ni frecuentaba el barrio de los muelles en Londres, y no había ningún servicio de tren entre su alojamiento en Blackheath y Londres que le permitiese cometer los asesinatos y volver a casa sin levantar sospechas. Además, contaba con una buena coartada el día de la muerte de Annie Chapman, que recordamos se había estimado sobre las 5:30 de la mañana. Habría sido muy improbable que Druitt hubiese cometido el crimen, se hubiese cambiado la ropa ensangrentada y hubiese regresado a Blackheath para jugar un partido de cricket a las 11:30 de la mañana, según las investigaciones realizadas.

Otro de los sospechosos de Macnaghten fue Aarón Kominski, un judío polaco residente en Whitechapel que sentía un odio más patológico que visceral hacia las mujeres y que fue ingresado en un hospital psiquiátrico en marzo de 1889 por sus tendencias homicidas.

El Doctor Houchin, quién certificó la locura de Kosminski, describió su comportamiento: "… declara que es dirigido y que sus movimientos son controlados por un instinto que informa su mente; dice que conoce las actividades de toda la humanidad y rechaza casi todos los alimentos porque su instinto le dice que no lo haga…" En los registros del hospital sólo se ha encontrado una mención de comportamiento agresivo por parte de Kosminski, si bien su estado mental parecía deteriorarse con el tiempo: "… incoherente; de vez en cuando excitado y violento. Hace unos días se subió una silla, e intentó golpear al asistente…" Durante el tiempo que permaneció recluido, había sido diagnosticado como "… enfermo crónico inofensivo, de vez en cuando molesto, pero no violento, que se recluye cada vez más en su propio mundo hasta el punto de no saber su edad o cuanto tiempo ha estado interno…"

Por los síntomas, alucinaciones de vista y oído, se puede pensar que este hombre padecía una esquizofrenia paranoide, y analizando su personalidad, es poco probable que Kosminski fuese nuestro Destripador. Jack podía tener una mente enferma, pero en tal caso, esa mente estaría más cerca de la psicopatía que de la esquizofrenia. Aunque sus crímenes y mutilaciones sean propios de un asesino en serie desorganizado, hay cierta organización en cada uno, o por lo menos, premeditación.

Michael Ostrog era un médico ruso que además se dedicaba a la estafa, por lo que pasó una gran parte de su vida en la cárcel. No era un delincuente ordinario, era muy inteligente, tenía buena educación, y en algunas ocasiones durante los juicios por sus delitos, su astucia le había llevado a simular que sufría un trastorno mental, lo que le había salvado de la cárcel en más de una ocasión. No se sabe a ciencia cierta porqué figura entre la lista de los sospechosos del Destripador, pues no hay indicios de que haya asaltado a ninguna mujer, y con sesenta y pico años que debía tener en 1888, parecen demasiados para encajar en las descripciones del asesino.

En 1992 surgió una nueva teoría que causó sensación por lo evidente que parecía. Michael Barrett, un distribuidor de chatarra de Liverpool, presentó un diario escrito por un hombre llamado James Maybrick en 1889, que confiesa ser el mismo Jack el Destripador. James Maybrick era un comerciante de algodón que comenzó su negocio en Londres, viajó a los Estados Unidos para abrir una oficina en Virginia y volvió varios años más tarde. Había contraído la malaria en EE UU y tomaba una combinación de arsénico y estricnina para poder llevar sin dolor la enfermedad. La medicación era adictiva y él siguió tomando arsénico hasta que falleció, en 1989.

Nunca sospecharon de él hasta la aparición del diario, en el que Maybrick se autodenominaba Jack, y daba a entender que era el asesino de las prostitutas con hechos concretos: contando con detalle cada uno de los crímenes, hablando del placer que le producía el haberlos cometido, e incluso se burlaba de los esfuerzos vanos de la policía por encontrarlo. La caligrafía del texto ha sido sometida al análisis de diferentes expertos, pero no se han puesto de acuerdo sobre si es o no auténtico, aunque en 1995 varios expertos han etiquetado el diario como falso porque aseguran que la tinta con la que se había escrito es moderna. En cualquier caso, el análisis grafológico muestra el perfil de una persona con grandes desequilibrios psicológicos y con trastornos de doble personalidad.

También la nobleza se vio afectada por esta serie de crímenes. Uno de los principales sospechosos fue el Duque de Clarence, el príncipe Alberto Victor Christian Eduardo, hijo del Rey Eduardo VII y nieto de la Reina Victoria. Tenía 28 años en el momento de los crímenes y murió poco después en una clínica privada por enfermedad. Según parece, el joven príncipe era un apasionado de la caza con todo su ritual y crueldad, aunque nunca se le consideró como un hombre violento, y era un asiduo de los prostíbulos. La causa oficial de su muerte fue una neumonía producida por una epidemia de gripe, aunque se sospecha que falleció a causa de la sífilis, que probablemente le habría transmitido una prostituta. La primera mención de que él era un posible sospechoso fue hecha pública en 1962 en el libro de Phillippe Jullien, "Edouard VII". Más tarde, el Doctor Thomas Stowell publicó un artículo en 1970 acusando al príncipe Alberto de ser a Jack el Destripador, basando su teoría sobre algunos documentos de su médico personal, Guillermo Gull, quién le estaría tratando la enfermedad. En ellos narraba que su paciente sufría una grave inestabilidad emocional por sus tendencias homosexuales y que se estaba volviendo loco, por eso, con la intención de vengarse, habría cometido los asesinatos de Withechapel. Ninguno de estas declaraciones han podido ser probadas, porque Stowell murió poco después de que su libro fuese publicado, y sus notas no han sido halladas.

Como era de esperar, muchos eruditos han arremetido contra esta teoría y la han desacreditado por completo, argumentando que el Príncipe Alberto no estaba en Londres en las fechas de los asesinatos más importantes, sino en Escocia. Aunque era de buena cuna, tampoco destacaba como un hombre de inteligencia especialmente brillante, y no tenía los conocimientos médicos para mutilar como hizo el Destripador.

La teoría de que toda una Conspiración Real estaba detrás de los asesinatos es tal vez la más popular. No sólo es la premisa de la reciente película "From Hell" (Desde el Infierno), protagonizada por Johnny Depp y Heather Graham, sino que ya antes había dado lugar a gran cantidad de documentales, artículos y libros. Uno de estos libros, escrito por Stephen Knight y publicado en 1976 bajo el título "Jack the Ripper, the final solution", aseguraba haber recogido las notas de un hombre llamado Joseph Sickert, el hijo de Walter Sickert, un pintor impresionista que decía haber conocido a Jack el Destripador y que le habría confesado quién era el asesino en su lecho de muerte.

La teoría que plantea Kinght es que Sickert padre daba clases de pintura al Príncipe Alberto y que éste conoció a una modelo que posaba para el pintor llamada Annie Crook. El príncipe se enamoró de la joven, y desatendiendo sus obligaciones como heredero de la corona, se casó con ella en secreto cuando ésta se quedó embarazada de una niña a la que llamarían Alice.

Si el pueblo londinense llegaba a conocer la unión del príncipe heredero con una mujer de clase baja, supondría un escándalo público y una grave deshonra para la Familia Real inglesa, por ese motivo la Reina Victoria se habría empeñado en resolver el problema antes de que comenzasen a correr los rumores de la boda, delegando la tarea de resolver el problema al médico de la Casa Real, el doctor Guillermo Gull. El Doctor Gull actuó entonces secuestrando a Annie e internándola en un hospital psiquiátrico tras declararla demente, en donde fue obligada a vivir por el resto de sus días, mientras que el Príncipe Alberto fue llevado al palacio de Buckingham y se le prohibió salir de allí, haciendo correr el rumor de que estaba gravemente enfermo.

Cuando Annie fue secuestrada, Mary Kelly, la última víctima del Destripador, se ocupaba por ese entonces del bebé. Tanto ella como el resto de las jóvenes prostitutas asesinadas conocían la relación secreta entre el príncipe y su compañera, y sabían que tras la desaparición de Annie, también sus vidas corrían peligro, por lo que decidieron guardar el secreto. Aun así se llevaron a cabo los asesinatos para impedir que las jóvenes hablasen del matrimonio entre la plebeya y el heredero, y se creó la imagen de un sanguinario psicópata con conocimientos en cirugía. El cochero de la Casa Real, John Nestley, se encargó de localizar una a una a las chicas y de convencerlas para que subiesen al carruaje diciéndoles que una persona importante había solicitado sus servicios. Entonces, el Doctor Gull, oculto en los callejones, asesinaba a cada mujer y las mutilaba salvajemente para hacer creer que el asesino era un sádico obsesionado con las prostitutas.

Esta teoría es una de las preferidas porque es la que mejor se adaptaría al silencio de Scotland Yard sobre los crímenes. Qué mejor razón para acallar un asunto que el proteger el honor de la Familia Real. Sin embargo, no hay ninguna evidencia que apoye esta teoría, aunque tampoco hay nada que la desmienta.Es cierto que en Whitechapel existió una mujer llamada Annie Crook que tenía una hija ilegítima llamada Alice, pero no hay nada que pruebe que mantuvo una relación con el Duque de Clarence. (Hay quién asegura que esta teoría es falsa porque las tendencias del Príncipe Alberto se inclinaban más hacia los hombres que hacia las mujeres).Tampoco hay nada que pruebe que las jóvenes prostitutas asesinadas se conocían entre sí, porque si esto hubiese sido cierto, habría sido descubierto en las entrevistas con las familias y los amigos de cada víctima. En cuanto a la capacidad del Doctor Gull para ser a Jack el Destripador, se dice que en 1887 sufrió un ataque de parálisis severo que le impedían realizar prácticas médicas, por lo que se dedicaba exclusivamente a la enseñanza. Gull fallecería en su casa en 1890 después de otro ataque que le dejaría mudo.

Aun así, las variantes de la Conspiración Real seguirán prosperando porque es la historia que más se presta a una buena película o libro. A veces nos cuesta tanto creer que una persona pueda ser tan sumamente cruel y que pueda cometer este tipo de macabriedades, que preferimos buscarle otras explicaciones dramáticas que nos permitan racionalizar los hechos y disculpar el lado más oscuro del ser humano. Desgraciadamente, no es negando la evidencia de los asesinos en serie, ni satanizándolos, que el problema se va a extinguir.

A principios de este año salía en la prensa de todo el mundo una nueva teoría que se lleva planteando la escritora estadounidense Patricia Cornwell. Esta multimillonaria, considerada como una de las reinas de los best sellers de misterio, aseguró recientemente que el verdadero hombre que se ocultaba tras Jack fue el pintor impresionista inglés Walter Richard Sickert.

Así, la escritora ha comprado nada menos que 31 lienzos firmados por Sickert, llegando a desgarrar uno de ellos en su frenética búsqueda de evidencias. Asimismo, se ha hecho con varias cartas escritas por el puño y letra del artista e, incluso, ha comprado su mesa de despacho. Y, por si fuera poco, recientemente envió a Londres a todo un equipo de forenses estadounidenses con la misión de examinar algunas de las cartas supuestamente escritas por Jack el Destripador.

Lo cierto es que las únicas pruebas que Cornwell tiene en estos momentos contra Sickert son puramente circunstanciales. Por ejemplo: el pintor tenía 28 años cuando Jack el Destripador comenzó a matar y, según ella, los estudios demuestran que la mayoría de asesinos en serie llevan a cabo su primer crimen entre los 25 y los 30 años.Tras cometer un asesinato, Jack el Destripador se esfumaba rápidamente, desvaneciéndose sin dejar rastro. Y eso es algo que a Sickert no le habría costado trabajo lograr ya que el artista tenía tres estudios secretos en el East End londinense.

Pero, a decir de la escritora, la prueba más contundente de la culpabilidad del pintor se encuentra en sus cuadros. Según la novelista, algunos de los lienzos pintados por Walter Richard Sickert guardan una espeluznante similitud con las imágenes post mortem de las víctimas de Jack el Destripador. En 1908, 20 años después de los crímenes, Sickert pintó una serie de cuadros inspirados, según él, en el asesinato de una prostituta en Candem. En uno de ellos, por ejemplo, se ve a una mujer con un collar de perlas en una postura que, en opinión de Patricia Cornwell, es idéntica a la que guardaba Mary Kelly cuando fue hallada muerta por la policía. Y en otro cuadro, Sickert pintó la cara de una mujer mutilada, con unas heridas muy similares a las que Jack el Destripador le ocasionó a otra víctima, Catherine Eddowes. "Sickert nunca pintaba nada que no hubiera visto", argumentaba la novelista. "Y no habría tenido manera de saber el aspecto de aquellas mujeres si él mismo no hubiera estado allí. Además, tenía un perfil psicológico similar al de muchos criminales: tuvo una infancia difícil y su padre era un hombre abusivo. Y, debido a un problema físico era estéril y tenía una disfunción sexual severa, hechos que podrían encajar con el comportamiento del Destripador, por ejemplo que siempre asesinase a prostitutas y las duras mutilaciones que les infligía, que muestran esa disfunción sexual típica en los mutiladores."

Sin embargo, en el mundo artístico las acusaciones levantadas por Patricia Cornwell no han sentado nada bien. Y, sobre todo, no ha sentado nada bien el que la escritora haya osado destrozar un lienzo del pintor en su afán de encontrar pruebas contra él. El caso es que muchos expertos y biógrafos ingleses han rechazado categóricamente las conclusiones de la estadounidense porque Sickert es reconocido como uno de los artistas ingleses más importantes, y acusan a Cornwell de estar obsesionada con el tema y haber destruido varias obras del artista con el único fin de dar publicidad a sus libros.

Lo cierto es que nadie puede saber si ésta es la verdadera historia o si es otro de los relatos que inspira este terrible personaje. Lo único que hoy en día tenemos claro es que no se trataba de un delincuente cualquiera. Sus hechos demuestran que era una persona con gran inteligencia y tal vez una educación superior a la población de Withechapel, incluso puede que fuese alguien de clase alta. Tal vez tuviese un trastorno de la sexualidad o un trastorno mental que le provocase esa compulsividad y obsesión a la hora de cometer los crímenes. Su afán de reconocimiento y el hecho que resaltase con las cartas enviadas a la prensa su inteligencia, demuestra que también era una persona insegura y llena de complejos. Pero mientras Scotland Yard mantenga sus archivos en el más absoluto secreto, otros autores seguirán suscitando sospechosos que mantengan la leyenda del Destripador viva.

Asesinos Seriales - Zodiac


Hace más de 30 años, el asesino del zodiaco frecuentó el área de la bahía de San Francisco cometiendo asesinatos al parecer al azar. A pesar de décadas de investigación por las cuatro fuerzas policiales, el Ministerio de Justicia de California, el servicio postal de los E.E.U.U., y el FBI, las autoridades nunca han identificado al autor de las matanzas.

El asesino del zodiaco se ha ligado a siete asesinatos conocidos. Cada uno de éstos fue seguido por cartas enviadas por el autor de los asesinatos a los periódicos locales donde detallaba los crímenes, con apuntes que sólo el asesino podía saber. Estas cartas fueron enviadas entre 1966 y 1974, comenzaron generalmente con el saludo: "éste es el zodiaco que habla" y fue firmado con lo que se ha convertido la insignia de los asesinos del zodiaco... una cruz dentro de un círculo.



Una carta enviada a la prensa local declaró que Cheri "no es la primera y no será la última" . "Habrá más."El 20 de diciembre de 1968, David Faraday,de 17 años y Betty Lou Jensen, de 16 fueron encontrados en un camino rural al este de Vallejo en California. Un pistolero de noche los encontró allí y mató a ambos adolescentes, a David le habían pegado un tiro en la cabeza y Betty Lou apareció a pocos metros con cinco tiros en la espalda con una pistola automática del calibre 22.

El 4 de julio de 1969, Michael Mageau, de 19 años y Darlene Ferrin,de 22, conducían de noche en la ciudad. Michael creyó que alguien los estaba persiguiendo pero Darlene reconoció al motorista y le dijo "no te preocupes."Pero en mitad de la noche, fueron atacados cuando un vehículo familiar se les acercó abriendo fuego con una pistola de 9mm. Disparó cuatro veces, Michael sobrevivió; Darlene, con nueve heridas, murió camino del hospital. Cuarenta minutos después, un policía local recibió una llamada anónima, informándole del asesinato. Antes de colgar, dijo: "también maté a esos cabritos el año pasado." Los amigos y parientes recordaron que Darlene Ferrin había estado sufriendo el hostigamiento con llamadas telefónicas anónimas y las visitas de intimidación de un extranjero semanas antes de su muerte. Darlene dijo que se llamaba Paul quien le dijo que iba a acabar con ella pues había sido testigo de un asesinato. La policía buscó a "Paul" pero nunca fue localizado ni identificado.

El 31 de julio de 1969, el asesino envió cartas a tres periódicos de la bahía, cada uno contenía una mitad de una cifra secreta. El mensaje decía "Es un placer matar a la gente, es más, me divierte." El autor explicaba que matar requería un gran esfuerzo, se trataba de "recoger esclavos," quienes le servirían en la vida futura. Otra correspondencia enviada el 7 de agosto, introdujo el nombre del "zodiaco" y con los detalles del último asesinato.

El 27 de septiembre, Bryan Hartnell y Cecilia, ambos de 20 años, gozaban de una apacible comida campestre en el lago Berryessa cuando fueron atacados por un pistolero encapuchado. Apuntándolos con una pistola, el extranjero se describió como un presidiario que se había escapado y necesitaba su coche para "ir a México." Apuñaló a Bryan cinco veces y a Cecilia 14 veces. El asesino se detuvo en el coche de Bryan y escribió en la puerta: 12-20-1968 y 7-4-1969. Una llamada telefónica puso en alerta a la policia sobre brutal crimen pero un pescador ya había descubierto a las víctimas. Brian Hartnell sobrevivió.

El 11 de octubre dispararon a Paul Stine, taxista de San Francisco con una pistola automática de 9mm. Los testigos vieron como el pistolero se escapó corriendo. En la estela del asesinato de Stine, el asesino del zodiaco lanzó una nueva carta así como un trozo de la camisa del taxista. También hizo llamadas telefónicas a la policía de Oakland amenazando "atacar a un autobús escolar", también aseguró cambiar su método de "recoger almas": "parecerán los robos rutinarios, matanzas en cólera, y algunas simularán suicidios".

En 1970, Kathleen Johns conducía con su hija cerca de California, cuando un motorista se acercó para decirle que un neumático posterior de su coche estaba deshinchado, el motorista le ayudó pero cuando retomó la marcha, la rueda se cayó. Su benefactor le ofreció llevarlas al taller más cercano, cogiendo a Kathleen en una impulsión sin rumbo a través del campo, amenazando su vida y la de su niña.Nueve cartas más fueron recibidas del asesino del zodiaco entre abril 1970 y 1971. Hasta hoy, el caso sigue abierto.

Asesinos Seriales - Albert Fish: El sádico entrañable

Nadie podía haberse imaginado que ese abuelito entrañable de más de 65 años, de rostro demacrado, cuerpo encogido y fatigado, cabello y bigote gris, ojos tímidos podía esconder una personalidad como la que revela su informe psiquiátrico: sadismo, masoquismo, castración y autocastración, exhibicionismo, voyeurismo, pedofilia, coprofagia, fetichismo, canibalismo e hiperhedonismo. Fish nace en 1870. En su familia existen numerosos antecedentes de perturbación mental, empezando por su madre que oye voces por la calle y tiene alucinaciones, dos de sus tíos internados en un psiquiátrico, un hermana demente, un hermano alcohólico, etc.



Desde muy niño se siente atraído por el sadomasoquismo, se divierte infligiendo dolor a los demás y sobre todo a él mismo. Sigue con atención los artículos de crímenes en la prensa, y colecciona sobre todo aquellos de los asesinos en serie caníbales, con los que se siente identificado.A los veinte años mantiene relaciones homosexuales y ejerce la prostitución homosexual en Washington, en dónde viola a un niño y asesina a su primera víctima.En esa época comienza a sufrir alucinaciones de tipo religioso y vive obsesionado con la idea del pecado, creyendo que la única forma posible de expiación es a través del sacrificio personal y el dolor.Él mismo se inflige castigos masoquistas automutilándose, frotando por su cuerpo desnudo rosas con espinas, hundiéndose agujas de marinero en la pelvis y en los órganos genitales... en una ocasión es sorprendido en su habitación completamente desnudo, masturbándose con una mano y con la otra golpeándose la espalda con un palo del que sobresalen unos clavos. A cada golpe grita de dolor, mientras la sangre se desliza por sus nalgas. En alguna ocasión afirma ser Jesucristo, que san Juan le habla y que el mismo Dios le ordena cometer sacrificios humanos.

"Escuchaba voces que me decían cosas y, cuando no las comprendía todas, trataba de interpretarlas con mis lecturas de la Biblia...entonces supe que debería ofrecer uno de mis hijos en sacrificio para purificarme a los ojos de Dios de las abominaciones y los pecados que he cometido. Tenía visiones de cuerpos torturados en cualquier lugar del Infierno..."
Oficialmente, fue detenido ocho veces: la primera por tentativa de estafa, luego por robo, por pago con cheques sin fondos, por cartas obscenas a los anuncios de agencias matrimoniales de los periódicos...

Lo internan tres veces en un hospital psiquiátrico, dejándolo salir al poco tiempo en cada ocasión tras considerar que no es peligroso ni está loco, sino que simplemente sufre una personalidad psicopática de carácter sexual. El propio Fish lo reconocería: "No soy un demente, sólo soy un excéntrico. A veces ni yo mismo me comprendo".

A pesar de todos estos delitos, la policía neoyorquina tardaría nada menos que seis años para poder inculparlo por asesinato. Lo logra a través de una carta de Fish enviada a la madre de la víctima que había secuestrado, en dónde le cuenta sus aficiones por el canibalismo y cómo se decidió a probar carne humana por primera vez... con el cuerpo de su hija:

"...Decidí comérmela. La llevé a una casa abandonada en Westchester en la que me había fijado. En el primer piso me desvestí completamente para evitar manchas de sangre. Cuando me vio desnudo se echó a llorar y quiso huir, pero la alcancé. La desnudé, se defendió mucho, me mordió y me hizo algunos rasguños. La estrangulé antes de cortarla en pedacitos para llevarme a casa toda su carne, cocinarla y comérmela. No pueden imaginar cuán tierno y sabroso estaba su culito asado. Tardé nueve días en comérmela por completo. No me la tiré, aunque hubiese podido hacerlo de haberlo querido, murió virgen".

Una vez detenido, se confiesa además autor de otros muchos crímenes y demás aberraciones que había estado llevando a cabo durante toda su vida: su deseo irresistible de comer carne cruda las noches de luna llena, que le valdría el apodo de "el Maníaco de la Luna", sus crímenes más atroces, algún acto de vampirismo como el caso de un niño de 4 años al que flageló hasta que la sangre resbalaba por sus piernas, luego le cortó las orejas, la nariz y los ojos, le abrió el vientre y recogió su sangre para bebérsela a continuación, además de desmembrarlo y prepararse un estofado con las partes más tiernas.También narra la historia de un joven vagabundo al que obligó a realizar toda clase de actos sádicos, masoquistas y coprófagos durante dos semanas, además de cortarle las nalgas en varias ocasiones para beber su sangre. Finalmente intenta cortarle el pene con unas tijeras, pero cambia de opinión al ver el sufrimiento del chico y arrepentido le da diez dólares dejándolo huir...

Estas declaraciones acerca de sus víctimas le cuestan a Fish la sentencia de culpable por crímenes con premeditación tras diagnosticarlo psicótico, pero cuerdo.

Es condenado a la silla eléctrica y ejecutado en la prisión de Sing Sing el 16 de enero de 1936.Su sorprendente reacción después de ayudar a los guardias a colocarle los electrodos, fue la de exclamar entusiasmado: "Que alegría morir en la silla eléctrica. Será el último escalofrío. El único que todavía no he experimentado..."

Albert Fish se llevaría a la tumba su mayor secreto, el número de personas que habría asesinado. Cuando se le preguntaba por la cifra exacta, respondía sonriendo: "Por lo menos cien".

Las opiniones de los psicólogos son contrastadas en ese aspecto, unos hablan de varios centenares de víctimas, mientras que otros estiman que no hubo más de cincuenta. Finalmente se le acusa de haber asesinado un total de 15 niños, la gran mayoría procedentes de las capas más pobres de la población.

Asesinos en Serie: Richard Ramírez - Parte 1/5

Como siempre es bueno complementar con un vídeo. Espero les sirva. ya saben la recomendación solo les paso la primera parte, si gustan ver más vean los enlaces al finalizar el vídeo.

Asesinos Seriales - Richard Ramírez: El merodeador nocturno

"Todos los asesinos en serie hacen cosas horribles, pero Ramírez es diferente a cualquier asesino en serie. No lo podría clasificar dentro de los demás casos clásicos."

De esta manera no menos que inquietante definirían algunos psicólogos el perfil del "Night Stalker", el "merodeador nocturno" que había aterrado la ciudad de Los Angeles entre 1984 y 1985, asesinando un total de 14 personas.

Su vida delictiva empieza cuando tan sólo tenía nueve años. Cómo la gran mayoría de los asesinos en serie, fue un adolescente muy problemático, empezando a robar y posteriormente a consumir drogas.

De Texas, su ciudad natal, se va a los Ángeles en dónde empezaría su etapa en tanto que criminal. Tanto los médicos como los agentes del FBI encargados de perseguir y estudiar su persona, coinciden al afirmar que una de las cosas que lo diferencia de los demás asesinos, es que los crímenes de Richard Ramírez no siguen ninguna pauta concreta.

Él no seleccionaba a sus víctimas, no le importaban ni el sexo ni la edad de éstas. Mató indistintamente a hombres y mujeres de edades compr
endidas entre los dieciséis y los ochenta y cuatro años en tan sólo unos pocos meses.



Tampoco lo caracteriza su forma de asesinar. Unas veces disparaba sobre sus víctimas, otras las apuñalaba, y en algún caso ha llegado a golpear con un bate de beisbol hasta causarles la muerte.

Por otro lado, su manera de actuar reflejaba un cierto desorden mental.

Tanto se podía comportar como un asesino organizado planeando el crimen de forma consciente y sin dejar ningún indicio que pudiese identificarle, como lo hacía de forma desorganizada: sin motivos, inconscientemente, guiándose por sus impulsos y creyéndose protegido por su dios, Satán.

Entonces, no le importaba dejarse el arma en el lugar del crimen o pararse después de haber cometido el asesinato para pintar símbolos satánicos en las paredes. En algunas ocasiones robaba algo de dinero en la casa de la víctima o bien se paraba tranquilamente a comer lo que ésta guardaba en su frigorífico.

Según las propias declaraciones del asesino, su juego favorito al salir de "caza", era buscar a la presa. Lo hacía paseándose entre las casas del vecindario, escuchando en un walkman música de AC/DC. Una vez que elegía a la futura víctima, entraba en la casa tranquilamente y con una frialdad inhumana procedía a violar, golpear y matar. Sus crímenes no siguen ningún móvil aparente. Son totalmente imprevisibles, puesto que el asesino no sigue ni el mismo ritmo ni el mismo patrón en su manera de actuar.

Una cosa que sí se podría resaltar, es que al principio, Ramírez solía golpear y violar a sus víctimas, dejando incluso a veces que se fuesen con vida. Pero a medida que pasa el tiempo, se va haciendo más y más cruel hasta el punto que incluso remata sus crímenes mutilando los cuerpos, como en una ocasión, que no estando satisfecho de haber violado una joven, le saca los ojos con una cuchara antes de apuñalarla y los envia al lugar del crimen el día siguiente. Cuando comenta la anécdota en el juicio, declara sin dejar de sonreir: "Sí, ella aún estaba viva mientras se los arrancaba..."

Aunque siempre confió en que el poder de Satán lo protegía y que nada podría detenerlo jamás, lo cierto es, que en Agosto de 1985 es detenido por la Policía de Los Angeles. El hecho de que Ramírez no siempre acabase con las vidas de sus víctimas hizo posible que algunas de entre ellas fuesen capaces de describir al asesino.

Inmediatamente las fuerzas de seguridad de todo el país se encargaron de publicar un retrato robot en todos los medios de comunicación, hasta que el 25 de Agosto, mientras caminaba por la calle, una mujer lo reconoce y da la alarma gritando: "Este es el asesino". El Night Stalker trata entonces de huir perseguido por un grupo de gente que furiosamente aclamaba: "¡Matadlo!", pero es finalmente capturado mientras intentaba robar un vehículo. Por suerte para Ramírez, una patrulla de la Policía interviene antes de ser linchado por la multitud.

El día del juicio, el 4 de Octubre de 1989, se muestra más provocador que nunca, apareciendo con un pentagrama tatuado en la palma de la mano y haciendo declaraciones como las siguientes: "...Yo no creo ni en la hipocresía ni en los dogmas morales de la llamada sociedad civilizada. Sólo me basta con mirar dentro de esta habitación, para conoceros tal y cómo sois: mentirosos, cobardes, asesinos, ladrones... y cada uno con su propia profesión legal. Sois unos gusanos hipócritas, me ponéis enfermo..." "...No necesito oir todas los raciocinios de vuestra sociedad. Ya los he oído antes y los argumentos siempre son los mismos..." "... No me entendéis. Tal y cómo suponía, no sois capaces de hacerlo. Yo estoy más allá de vuestra experiencia. Estoy más allá del bien y del mal..."

Finalmente es acusado de 14 asesinatos, 5 intentos de asesinato, 9 violaciones (entre las cuales 3 han sido a menores), 2 secuestros, 4 actos de sodomia, 2 felaciones forzadas, 5 robos y 14 allanamientos de morada.

En 1989 es condenado a pena de muerte en la cámara de gas. Desde la celda, espera el día de su ejecución sin perder la fe en el poder de Satanás: "...¡Legiones de la noche!, ¡Razas de la noche!, no repitáis los errores del Night Stalker y no concedáis clemencia alguna... Yo seré vengado. Lucifer está con nosotros..."

Asesinos Seriales - Indice de Maldad, Lideres de Sectas 1/5

Para complementar las notas de abajo, les dejo este vídeo, esta muy interesante. Y sobre todo que tiene esa narrativa que solo tiene Discovery.

Asesinos Seriales - Shoko Asahara


Shoko Asahara, (麻原 彰晃 Asahara Shōkō, nacido Chizuo Matsumoto (松本智津夫 Matsumoto Chizuo) el 2 de marzo de 1955 en Kumamoto, Japón) fue el líder espiritual de la sectabudista japonesa Aum Shinrikyo que en 1995 se haría famosa por los atentados terroristas con gas sarín en el metro de Tokio.

Se queda ciego en su ojo izquierdo por un glaucoma infantil, y gracias a las ayudas económicas se gradúa en 1977 y empieza a estudiar acupuntura y medicina china.

Asahara practica Yoga hasta convertirse en Maestro mientras va profundizando en tradiciones religiosas como budismo, taoísmo y astrología china.

El objetivo de Asahara era 'alcanzar la iluminación última'. En un primer momento, forma parte del culto Agonshu (presente en Europa y calificado de secta destructiva). Una de las prácticas más curiosas de este grupo es la de los 1000 días consecutivos de ofrendas. A aquellos que ofrecen dinero diariamente durante este periodo se les promete la iluminación.


Asahara consideraba como una virtud esencial en el desarrollo espiritual la constancia y la entrega al método. Ponía como ejemplo que durante su período de 1.000 días de ofrendas tuvo serias dudas sobre el culto de Agonshu. A pesar de ello, cumplió hasta el final con esta práctica, y sólo después de terminarla, abandonó la organización.
Comienza a enseñar yoga en su apartamento en el distrito de Shibuya. En aquel entonces no quería aceptar pago por sus enseñanzas por la tradición de que sólo aquel que ha alcanzado la iluminación puede aceptar ofrendas materiales.
En 1987, Asahara vuelve a la India y cuenta a sus discípulos que ha alcanzado su objetivo final: la iluminación. Los discípulos más cercanos le ofrecen dinero que éste no acepta; finalmente lo utilizan para organizar un seminario intensivo de yoga que atraiga a gente interesada en el desarrollo espiritual. El propio Asahara instruye a los participantes y el grupo comienza a crecer exponencialmente.

Este año Shoko cambia oficialmente su nombre y comienza el registro del grupo Aum Shinrikyo. Las autoridades se muestran inicialmente reacias a concederles el status de organización religiosa y congela el proceso de registro. El grupo no es reconocido legamente hasta que se resuelve su apelación, en 1989. La orden monástica se establece, mientras que nuevos seguidores siguen uniéndose.

Durante el período de desarrollo de Aum, Shoko escribe buen número de libros. El más conocido "Más allá de la Vida y la Muerte, el Mahayana Sutra y la Iniciación".

El 20 de marzo de 1995, creyentes de Aum atentan en el metro de Tokio (ver Ataque con gas sarín en el metro de Tokio) esparciendo gas sarín. Murieron doce personas, y más de 600 resultaron intoxicadas. Tras los primeros indicios, algunas autoridades sospechan de Corea del Norte, pero después las autoridades acusan a Aum Shinrikyo de ser cómplices o perpetradores del ataque, así como de una serie de incidentes de menor escala. Decenas de discípulos son detenidos y las sedes de Aum son registradas (en una de las sedes, se encuentra un helicóptero ruso, con el que tal vez se rociaría la ciudad capital) y el juzgado ordena la detención de Shoko Asahara. Se le descubre en un pequeña habitación incomunicada de un edificio propiedad de Aum, meditando.

Shoko es encarcelado y se enfrenta a 27 penas de asesinato en 13 acusaciones separadas. La fiscalía arguye que "Asahara dio la orden de atacar el metro de Tokyo" y le acusa de haber preparado el incidente de Matsumoto y el asesinato de la familia Sakamoto. Algunos de los discípulos testificaron en contra de Asahara en el juicio del siglo para la prensa japonesa, quien fue finalmente declarado culpable de 13 cargos de los 17 (otros tres fueron retirados) y sentenciado a muerte en la horca en 27 de febrero de 2004.

Yoshihiro Yasuda, el abogado de Asahara con mayor preparación, fue arrestado y no pudo participar en la defensa a pesar de ser absuelto finalmente. La organización Human Rights Watch criticó el aislamiento de Yasuda y por lo tanto Asahara es defendido sólo por abogados de oficio. Poco después del principio del juicio, Asahara cooperó con la defensa y dio explicaciones amplias acerca de la doctrina, objetivos y otros temas de la organización. Más tarde, abandonó la postura de representante de Aum para defender a la organización de la disolución inminente.

Desde entonces, Asahara dejó de hablar, incluso con los miembros de su familia, y dedica sus días a la meditación. La organización ha cambiado su nombre y mantiene un perfil bajo en los suburbios de Tokio. En cuanto a Shoko Asahara, espera el cumplimiento de su sentencia en una prisión de máxima seguridad en Japón.

Durante el examen psiquiátrico, conducido por un psiquiatra, nunca habló. Sin embargo, se comunicó con el personal de la instalación por lo tanto era un silencio arbitrario. El 27 de marzode 2006 el alto tribunal de Tokio decidió no conceder el tribunal de apelación, lo mismo que dictaminó el Tribunal Supremo de Japón el 15 de septiembre de 2006.

Moments of my life